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lunes, 16 de marzo de 2009

Exigir Y Reprochar

Según los diccionarios convencionales exigir quiere decir “demandar imperiosamente” y reprochar significa “echar en cara, reconvenir”; cuando exigimos existe un trasfondo de reproche y viceversa, muchas veces esto no se identifica adecuadamente causando muchos problemas en las personas al relacionarse interpersonalmente con otros.

De la misma forma es importante saber que en la mayoría de los casos las exigencias no están dirigidas solo hacia una persona externa, sino lo mas dañino es exigirnos y reprocharnos a nosotros mismos, esto causa la aparición de diversos problemas psicológicos capaces de llegar a ser trastornos, por ejemplo la depresión clásica por el reproche de no haber logrado una meta o hasta injustificadamente por el fallecimiento de un ser querido, el exigirnos sobremanera una victoria olvidándonos de los sentimientos que poseemos y de la verdadera meta, es decir podemos llegar a hacer las cosas simplemente porque queremos ganar y volvernos antisociales debido a la importancia sobrevalorada que nos damos a nosotros mismos.

Nuestro cuerpo y así mismo nuestra vida se llega a habituar de este mecanismo no dándonos cuenta de que verdaderamente existe un problema que no nos deja avanzar y vamos transmitiendo esto a manera de introyectos a hijos, hermanos, pareja, etc.

Algo que no es muy usado en estos casos son las polaridades, es decir que para cada personaje exigente que nosotros poseemos indudablemente debe de existir también su opuesto es decir el que es exigido, esto funciona por ley de complementariedad; por lo general cuando una parte de nosotros se exige algo o se reprocha algo es porque en el fondo es necesario llegar a una cuerdo entre estos dos personajes internos que se encuentran disociados generando un conflicto interno que no deja cabida a la razón.

Algunas corrientes psicológicas explican el hecho del reproche hacia si mismos como la existencia de nuestros propios impulsos destructivos que generan una ideación y comportamiento paranoide con el transcurso del tiempo. Para entender esto más claramente brindare un ejemplo:

Imagínese que se encuentra de pie en un bus repleto que va a mucha velocidad, durante el movimiento brusco uno de los pasajeros junto a mi me pisa el pie (todo lo cual me causa dolor malestar y molestia); entonces si he aprendido a discriminar la acusación del reproche podré expresar mi malestar con todas las frases y palabras que broten de mi dolor, pero estas palabras no llevaran un reproche a quien me causo el dolor, es decir el pisotón. Pero si no he llegado a discriminar esto mis reacciones serán de reproche y queja frente a esta persona que accidentalmente me piso conjugándose así también con una reacción ajena que puede ser brusca generando así un problema mayor.

De la misma forma intrapersonalmente cuando nos reprochamos algo que no hemos realizado nos genera malestar, inmediatamente después nos volvemos a reprochar por que nos reprochamos y de nuevo por lo mismo y así sucesivamente a manera de circulo vicioso generando y empeorando el efecto en nosotros sobre nuestra autoestima y suficiencia como personas adultas.

Este reproche antes mencionado guarda una relación directa con el resentimiento el cual es también una variante del enojo que por lo general procede de la frustración; para entender esto mas claro es importante tener en cuenta que nuestra en el transcurrir de nuestra vida vamos adquiriendo y almacenando malos momentos, enojos, frustraciones penas y demás, es por ello que la falla en la eliminación de estos hacen que nuestro resentimiento crezca y se mantenga generalizando con cosas cada vez mas simples, esto es la exigencia que tenemos nosotros a que nos cumplan algo pero al miedo o a la no capacidad de nosotros mismo poderlo hacer, en palabras mas sencillas he aquí una de las explicaciones para la DEPENDENCIA EMOCIONAL.

Es lógico que suceda esto, hay frustración porque hay deseo y hay deseo porque tenemos ganas de querer lograr algo tanto interna como externamente. La pregunta aquí es como darse cuenta de cuan resentidos somos y si entendemos o no nuestro estilo de reproche, para ello lo mas importante es asistir a una adecuada terapia psicológica, pero individualmente algo que puede ayudar a darse cuenta de esto es una lista conductual y también como decimos en Gestalt poner al banquillo a amabas partes, un ejercicio sencillo para esto es dividir una hoja por la mitad y en cada parte poner a manera de lista las exigencias que nosotros tenemos para con nosotros y con otros y en la otra los reproches hacia nosotros mismos y hacia otros; en la medida en que vayan analizando esto y pidiendo opiniones a personas cercanas irán dándose cuenta de cómo se encuentran en estos aspectos, recuerden que el darse cuenta es el primer paso para la solución y extirpación de problemas emocionales.

BIBLIOGRAFIA:
. ALLERAND, Mabel. Piedra libre. Terapia gestáltica. Buenos Aires: Editorial Planeta.
. GINGER, Serge y GINGER, Anne. La gestalt: una terapia de contacto. México: Manuel Moderno
. SALAMA, Héctor. Psicoterapia gestalt. Proceso y metodología. México: Alfaomega.

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